EL TIEMPO COMO CONTINENTE

 

Me llama la atención la evolución del artista en las últimas series:” Los
Paisajes que somos” y “Donde el corazón te lleve”.
Paisajes cuya cadencia irradia una luz que permite al espectador entrar en
una bruma de partículas cuya belleza en suspensión lo abrazan integrándolo
en la obra.
Benéitez confiere al tiempo la cualidad de soporte de la obra creando
espacios diáfanos que, al encontrarse con la mirada del espectador,
adquieren una dimensión nueva como continente de emociones sustentadas
en una sucesión de vivencias, recuerdos e intuiciones.
BRUMAS DE SEDA
Proyecta, desde la quietud de sus paisajes, un efecto sensorial que alcanza
los poros de la piel del espectador, convirtiéndolos en llave de acceso a un
mundo de sensaciones que el artista expresa con su poética del espacio
como continente de un tiempo retenido para ser habitable.
Sorprende con arquitecturas sugerentes bajo atmósferas colonizadas por
brumas de seda.
Los universos pacíficos de sus paisajes ofrecen espacios íntimos inmersos
en mundos que inspiran espejismos, a modo de oasis emocional,
adormeciendo las sensaciones físicas para enaltecer la paz espiritual.
Es un proceso de inmersión desde la dimensión abstracta de la realidad
cuyo imperativo es el reconocimiento del instante poético al saberse
habitante de esa dimensión.
Es el momento en el que la magia de la interacción convierte al tiempo en
soporte de la obra y continente del mensaje del artista.
María José Salazar